Un candidato a la Asamblea Nacional de Pakistán ha sido asesinado este viernes en Karachi. Sadiq Zaman Khattak se presentaba por el Partido Nacional Awami (ANP), uno de los tres, junto al Partido Popular de Pakistán (PPP) y el Movimiento Muttahida Qaumi (MQM), amenazados por los talibanes ante las elecciones del próximo 11 de mayo. A mediados de abril, los extremistas mataron a dos candidatos del MQM a la Asamblea Provincial de Sind, pero los ataques contra partidos políticos o mítines electorales han causado al menos 80 víctimas mortales desde principios de abril. Algunos activistas denuncian que la violencia compromete la credibilidad de los comicios.
Khattak salía de la mezquita Rehmania, donde había asistido acompañado de su hijo Ahmed a la plegaria del viernes, cuando dos hombres le dispararon a quemarropa. El candidato murió en el acto. Ahmed, de cuatro años, falleció en el hospital poco después. De acuerdo con su partido, el político había recibido amenazas con anterioridad.
En realidad, todos los candidatos liberales, o que propugnan la separación de Estado y religión, están amenazados desde que los talibanes lanzaran su yihad contra las elecciones. Pero los nacionalistas pastunes del ANP parecen molestarles en especial ya que compiten con ellos por el apoyo de la misma comunidad étnica.
El pasado 18 de marzo, un portavoz de Tehrik-e-Taliban (los talibanes paquistaníes) declaró que los comicios eran parte de un “sistema democrático contrario al islam, que solo sirve a los intereses de los infieles y los enemigos de la religión”. También advirtió a los votantes que evitaran los mítines de los tres principales partidos que formaron parte del Gobierno saliente, liderado por el PPP con el apoyo del MQM y el ANP. Diez días más tarde, la misma fuente anunciaba que “había decidido atacar a [ESOS]partidos”.
A la vista de los incidentes ocurridos, parecen haber cumplido sus amenazas. En cualquier caso, han limitado considerablemente la campaña electoral de esas tres formaciones. En el sur de Pakistán, tanto el PPP como el MQM han evitado los mítines a gran escala que solían organizar en elecciones anteriores. También muchos candidatos liberales han dejado de hacer campaña puerta a puerta en las provincias de Baluchistán y Khyber Pakhtunkhwa, las vecinas zonas tribales, y Karachi.
“La violencia compromete la credibilidad del proceso y equivale a un amaño preelectoral”, declaró Ali Dayan Hassan, el director de Human Rights Watch en Pakistán, poco antes de conocerse el asesinato de Khattak.
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